23 de Junio
A Nadal, a lo sumo, se le pudo escapar la tortuga, pero era ajeno a las operaciones de fraude a la administración pública y peculado de fondos destinados a la asistencia comunitaria que se le imputan y que motivaron su procesamiento por orden del juez de instrucción Nº4, Miguel Alegre, que también dispuso un embargo de 150 mil pesos para cada uno de los involucrados en el desfalco: esa lectura exculpatoria para su defendido, que de tan naif insulta la inteligencia hasta de la tropilla comunicacional del gobierno, es la que propone su letrado, el penalista Jorge Buompadre, que reparte sus buenos oficios en esa rama del derecho con otros clientes ilustres, como el represor y productor agropecuario Juan Carlos Demarchi, inculpado por la comisión de crímenes de lesa humanidad. Buompadre y Demarchi no son satélites sin órbita que deambulan en el limbo, sino emergentes directos de la clase dominante correntina: Demarchi se desempeñó como presidente de
Con todo, el “gallego” G. Nadal fue beneficiado con una eximición de prisión mientras se tramita la causa donde se escurrieron 200.000 pesos de una partida general para cubrir los requerimientos de un programa comunitario destinado a la infancia desnutrida e indigente, y en la que además se utilizaron facturas apócrifas
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