miércoles, 2 de julio de 2008

Editorial: Programa "La Furia del viento".

Viernes 27 de Junio
“El feudo y sus prebendas”.


Por unanimidad, en tiempo récord y sin atisbos de discusión, el Concejo Deliberante capitalino dispuso un aumento del 30% en el boleto del colectivo que a partir de esta disposición, costará $ 1,30. Dicen que en contrapartida, para los escolares la tarifa se estacionará en los 45 centavos.
Los choferes, que saludaron alborozados la sanción de la normativa cerrando filas con la patronal – todo un alarde de ignominia que certifica la condición de analfabetos políticos de buena parte de los trabajadores correntinos- y el intendente Vignolo, en segundo orden, fueron quienes asumieron con mayor beneplácito una ordenanza que descarga sobre los consumidores la estampida de costos, en un contexto de espiral inflacionaria y contracción salarial parangonable, en algunos aspectos, con la antesala del estallido nacional en 2001.
Las estadísticas relevan que el lobby transportista en connivencia con el gremio que agrupa a los obreros del volante, asestó la tercera actualización tarifaria en un período de 4 años, sin que a ninguno de los actores comprendidos por esta medida se la cayera una idea para pulverizar el monopolio de los Romero fomentando, por caso, la gestión de cooperativas de pequeños prestatarios o abriendo el mercado al concurso de firmas ajenas a este enclave feudal que respira 400 años de atraso, en tren de mejorar el servicio y tornarlo más accesible. Por la premura del jefe comunal a la hora de destrabar cualquier foco de resistencia se descuenta que la promulgación estará a pedir de boca de los interesados, y con ejecución inmediata. A más tardar para la segunda quincena de julio empezaría a regir el nuevo esquema tarifario que, hay que decirlo, tampoco levantó mucha polvareda entre las huestes de la CTA y de la llamada “Asociación Correntina de Consumidores”, cuyo titular, el siempre escurridizo Nelson Vea Oyarzo, se llamó a silencio. Ya había sellado los labios años atrás cuando se puso en el tapete la concesión del servicio del agua y los abusos de la firma controlada por Chamas.
Por cierto, los ediles de la “oposición” tampoco fueron ajenos a estos enjuages y brindaron su ciega aquiescencia al reclamo patronal . Fueron sin embargo los únicos en balbucear una respuesta una vez concluida la sesión que consagró el aumento, acoso impulsados por la idea de que tamaña sujeción a las iniciativas del Ejecutivo despertaría suspicacias. Como sea, la sintonía con el clan Romero&Asociados fue total e incluyó al conjunto del arco político.
Las concesiones arrancadas con fórceps a los empresarios son de una modestia exasperante; apenas si se comprometieron a apurar la edificación de baños para sus empleados y mejorar la frecuencia para tranquilidad de los usuarios.
Demasiado poco para un negocio que, prebendas políticas mediante, siendo tan deficiente arroja tantos dividendos.

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